Curiosamente, ni el cabello hindú ni el cabello asiático son los mejores cabellos del mundo. Tanto uno como otro tienen puntos a favor y puntos en contra que, desafortunadamente, no los convierten en el cabello perfecto.

El cabello hindú es un cabello muy parecido al europeo. Pero esto no puede traducirse como algo a favor pues, cuando se adquiere cabello virgen, se busca que sea un cabello fuerte, duro y grueso que aguante diferentes tipos de tratamientos y que nos dure mucho tiempo. El hindú es un cabello fino, bastante quebradizo y que no admite cambios radicales de color.

Además, el cabello hindú es adquirido por las empresas, para su posterior procesamiento industrial, a los templos en grandes cantidades, mezclando todo el pelo donado por diferentes personas y sin respetar la máxima: una coleta de pelo = una única y misma donante. Así, el pelo que te llega en mazo o cortina puede proceder de diversas personas, siendo por tanto cabellos de diferentes características, grosores etc. Ello te obliga a unos mayores cuidados y mantenimiento para evitar los posibles enredos.

¿Qué tiene a favor? Que es un cabello más dócil de trabajar en cuanto a ondulaciones pues, de por sí, el hindú tiene una onda muy similar al cabello europeo y no es tan recto como el asiático.

En cuanto al cabello asiático, éste suele ser de origen chino. Este cabello es de los más resistentes del mundo: es grueso, duro y resiste cualquier tratamiento al que se le someta (decoloraciones, permanentes, alisadores, etc.). El que su origen sea China, no significa que sea “pelo plástico”. Hay que diferenciar “cabello chino” de “cabello del chino”.

Sin embargo, pese a su casi siempre perfecto estado de salud, tiene una gran desventaja: es un cabello completamente recto que no adquiere ninguna ondulación, y cualquier forma que se le dé con plancha o tenacilla desaparece en cuestión de una hora. Para que el cabello adquiera una ondulación similar a la europea, obligatoriamente tiene que ser tratado con permanentes que la fijen.